martes, 6 de noviembre de 2007

Vivienda


Los sitios de habitación encontrados por la arqueología aparecen asociados a campos de cultivo. Podemos decir que los agustinianos practicaban un poblamiento disperso, aunque no distanciado, determinado por la ubicación de las tierras más aptas para la siembra; sus casas estaban en las cimas de las lomas o en aterrazamientos en las laderas que fue necesario practicar por lo quebrado del terreno. Se busco la proximidad a los nacimientos de agua para no tener que limitarse a las orillas de los ríos, que, en algunas partes, son de difícil acceso por la profundidad de los cañones.


Aparecen viviendas solas y a veces con otra pequeña construcción aledaña que debió de servir para fines domésticos. También hay grupos de tres o más casas, sin que se pueda hablar de aldeas, sino apenas de caseríos; con la excepción de Quinchana, donde se hallaron vestigios de población relativamente nucleada. Estrechos senderos unían los núcleos habitacionales.
La casa era de planta circular u oval, de unos 3 metros de diámetro, de estructura sencilla, suelo de tierra apisonada, paredes de bahareque y techumbre cónica de paja. Se practicaba el enterramiento dentro del perímetro de la vivienda.
La sencillez y estricta funcionalidad de las viviendas de San Agustín contrastan con la complejidad y ornamentación de muchos sepulcros, pero concuerda con el pensamiento del hombre prehistórico, que reservaba las mejores realizaciones artísticas para el campo de lo religioso, del cual el ritual funerario era una de las más importantes expresiones.

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